Posteado por: lenguajesculturales | 22 febrero 2011

Una experiencia de Aprendizaje Cooperativo para Filosofía, Ética, Religión, Música…

Una experiencia de aprendizaje cooperativo.

Juan Manuel Rodríguez Iglesias.

  1. I. MOTIVACIÓN. PUNTO DE PARTIDA.

Conocí el Aprendizaje Cooperativo a través del Colegio Ramón y Cajal de Madrid, en la calle Arturo Soria, donde aplican nuevas estrategias educativas, ya desarrolladas en centros educativos de Estados Unidos.

Pasé del escepticismo inicial a su conocimiento y aplicación cuando la Editorial Edelvives me propuso, con Jesús Lacuey,  llevar a cabo el proyecto Dinorah de Religión Católica para Primaria. Está utilizándose en las aulas de muchos colegios. En los seis libros de Religión se propone la aplicación del Aprendizaje Cooperativo, con actividades concretas en cada unidad didáctica, porque es una metodología que potencia el contenido propio del área de Religión.

En general, el Aprendizaje Cooperativo se presenta en todos los manuales como una propuesta pedagógica y didáctica para responder a los problemas sociales del momento:

  • la falta de motivación y el fracaso escolar de los alumnos,
  • los problemas de convivencia (acoso y violencia) entre los alumnos,
  • el multiculturalismo de nuestras aulas,
  • la necesidad de preparar a las nuevas generaciones para un mundo globalizado.

Pero sobre todo, me he interesado por el Aprendizaje Cooperativo porque ha sido una verdadera “tabla de salvación” en el trabajo diario en el colegio Nuestra Señora de las Escuelas Pías de Carabanchel Alto (Madrid). Tengo que dar materias (Filosofía, Educación ética y ciudadana, Historia de la Música… ) que necesitan, desde mi punto de vista, una dinamización especial para hacerlas más atractivas y motivadoras a los alumnos. Pensaba que todavía seguía dando la clase al estilo medieval: un profesor que explica y dicta apuntes, delante de unos alumnos que escuchan y toman apuntes de lo que tienen que aprender y examinarse.

En estos últimos cuatro años, el Aprendizaje Cooperativo me ha ayudado a desarrollar las clases con más creatividad, a hacerlas más dinámicas y atractivas, y, sobre todo, me ha motivado para seguir enseñando.

  1. II. LA TEORÍA.

Brevemente expondré los puntos principales que explican el Aprendizaje Cooperativo, para comprender mejor la experiencia objeto de esta comunicación.

  1. Definición: Casi todos los teóricos del Aprendizaje Cooperativo hacen esta triple división para definirlo:

Aprendizaje individual. Este aprendizaje se centra en lograr que la persona concreta logre el conocimiento o las habilidades que se pretenden enseñar. Así se educaba antiguamente, cuando no había escuela, ya fuera dentro de la propia familia o contratando un tutor para enseñar al niño/a.

Aprendizaje competitivo. Este aprendizaje se desarrolla en grupo, pero, utilizando a los demás como estímulos a superar y vencer. Hay interdependencia negativa: el profesor fomenta la competitividad y el alumno asimila que venciendo al otro, triunfa él. La escuela tradicional ha fomentado con frecuencia este modelo educativo, aunque no se la puede acusar de excesivamente competitiva.

Aprendizaje Cooperativo. Se fundamenta en la necesidad de aprender en grupo con interdependencia positiva: el otro es alguien indispensable para que yo aprenda. Cada uno consigue los objetivos educativos si los demás del grupo también los consiguen. Se fomenta la ayuda mutua y se asimila la permanente necesidad del otro al trabajar en grupo.

Un inciso: El área de Religión, por su propio contenido, es el ámbito propio del Aprendizaje Cooperativo. La transmisión del mensaje evangélico es para cada uno y para todos, para cada uno en comunidad. No tiene sentido ser cristiano si no es en comunidad. Exactamente lo que en el plano intelectual, social y moral pretende el Aprendizaje Cooperativo.

  1. Los principios fundamentales del Aprendizaje Cooperativo. Podemos resumirlos en cinco:

1. La interacción simultánea y estimulante cara a cara, desarrollando habilidades sociales. 2. La interdependencia positiva, no competitiva. 3. La responsabilidad individual. El compromiso personal con el grupo. 4. La participación equitativa de todos los alumnos y la igualdad de oportunidades en el logro de los objetivos. 5. La reflexión y revisión permanente del trabajo en grupo: evaluación de la consecución de los objetivos por parte de todos y cada uno del grupo.

  1. Aplicación del Aprendizaje Cooperativo. Antes de empezar a trabajar con Aprendizaje Cooperativo hay que tener en cuenta estos presupuestos prácticos

. Los equipos: En cualquier clase se trabaja mucho en grupos. La nueva propuesta es que el modelo de trabajo sea en grupo cooperativo. Los grupos no deben estar compuestos ni por más de seis componentes ni por menos de cuatro, siendo el ideal los equipos de cuatro. En cada grupo debe haber una responsabilidad concreta para cada miembro, un rol. Serán equipos heterogéneos, esto es, formados por alumnos con distintos niveles de conocimiento, alumnos con diferentes habilidades sociales, mezclando los alumnos por cultura de origen, sexo, etc.

. El orden y la disciplina en la clase: Los pupitres o asientos de la clase dejan de estar en fila, y se ordenan según la nueva estrategia. Pero no sólo hay un cambio físico en la configuración del aula, sino también una nueva forma de establecer normas de orden, de silencio, de trabajo, etc., acordes con el trabajo en equipos. Los alumnos tienen que hablar, interactuar, pedirse información, comprobar los conocimientos con el otro… o sea, otro modelo distinto de la clase tradicional, donde los alumnos están en silencio para oír al profesor.

. El maestro mediador. En la enseñanza tradicional el maestro es el centro de la clase, el pivote sobre el que gira toda actividad. Por ejemplo, en la enseñanza tradicional de la Religión, el maestro puede convertirse en el predicador protagonista, y los alumnos en los fieles silenciosos que escuchan sus reflexiones. En el Aprendizaje Cooperativo, el maestro es el mediador entre el alumno o grupo de alumnos y el conocimiento. Su función sigue siendo imprescindible, pero mediadora, no focal. En clase de Religión el maestro es el guía que lleva a los alumnos desde el desconocimiento de la Palabra de Dios hasta su descubrimiento.

. La voluntad para cooperar de cada alumno. Gran parte de todo esto depende de que cada alumno esté convencido de dos cosas: él necesita  de los demás para aprender, al igual que los demás también necesitan de él. Para ello no sólo hay que formar equipos cooperativos, sino también formar a toda la clase en el Aprendizaje Cooperativo. Las actividades cooperativas, tanto en grupo como en clase, estarán orientadas a ese fin, esto es, aprender a trabajar pensando en los demás. En el caso del área de Religión, el solo hecho de construir un grupo cooperativo es ya contenido básico, porque en esa actividad se están desarrollando actitudes fundamentales donde el mensaje cristiano caerá en su propio ambiente.

. Las tareas para la cooperación. La materia que hay que aprender debe adaptarse al trabajo cooperativo. No hay que cambiar contenidos, sino organizarlos para poder entenderlos, asimilarlos, comprenderlos y explicarlos en pareja, en grupo o en clase cooperativa. Cualquier libro de texto actual puede ser trabajado en clase desde el Aprendizaje Cooperativo. El profesor puede elegir un tema o una unidad didáctica y desarrollarla con los alumnos desde el Aprendizaje Cooperativo. El instrumento eficaz para ello es la   estructura cooperativa. Una estructura cooperativa es una forma vacía, una estrategia didáctica genérica para interactuar en pareja, en grupo de cuatro o en clase. Puede servir para conocimientos sociales, lingüísticos, matemáticos o religiosos. Una estructura con un contenido concreto es una actividad. Y varias actividades ordenadas para la consecución de unos objetivos forman una unidad didáctica, organizada según el Aprendizaje Cooperativo.

  1. LA EXPERIENCIA.

1. Consideraciones iniciales. Cuando empecé a aplicar el Aprendizaje Cooperativo me propuse no olvidar estas ideas iniciales:

  • Mantener el principio, repetido hasta la saciedad delante de los alumnos, de que a clase se viene a trabajar, y si es a trabajar en equipo, mejor, no a oír “distraídamente” al profesor.
  • Compromiso de dar toda la materia. La materia no está en función del modelo de aprendizaje, si quiere seguir siendo “curricular”.
  • Compromiso de que la disciplina y el orden de la clase no deben provocar la dispersión de los alumnos, la falta de atención, los gritos, las risas… Será otro modo de concebir el orden y la disciplina de clase.
  • Aumentar la autonomía en el aprendizaje de cada individuo y del grupo al que pertenece, si todos saben lo que tienen que hacer.
  • Potenciar la interacción, la socialización, el trabajo en equipo…
  • Favorecer la tolerancia, la comprensión, el respeto hacia el otro, el pensar en las necesidades del otro…
  • Potenciar  la capacidad de organización de los alumnos, desarrollar habilidades de liderazgo, habilidades para lograr objetivos en grupo.
  • Por mi parte, aplicar el Aprendizaje Cooperativo paulatinamente, sin prisa. Primero desarrollar una unidad didáctica, después un trimestre, luego  aplicarlo a otra materia…
  • Estar convencido, preparado y, sobre todo, implicado en el desarrollo de cada clase donde lleve a cabo Aprendizaje Cooperativo.

2. Preparación del trabajo por parte del profesor.

Pasos metodológicos teóricos. Cuando nos planteamos preparar una Unidad Didáctica, o un tema, desde el Aprendizaje Cooperativo, seguimos los siguientes pasos:

. Establecer objetivos, competencias, contenidos (conocimientos, procedimientos y actitudes), etc

. Presentación del tema por parte del profesor. Hacer un breve resumen de lo que se va a tratar (tema) y cómo se va a llevar a cabo (metodología de Aprendizaje Cooperativo).

. Hacer clase cooperativa y hacer grupo cooperativo: actividades previas para aprender a cooperar. (Si fuera necesario, porque la clase no ha tenido experiencias de este tipo de aprendizaje). Establecer los grupos cooperativos.

. Seleccionar estructuras cooperativas para desarrollar el contenido del tema. Momento de adquisición de la información en grupo cooperativo.

. Seleccionar estructuras para dominar el contenido del tema, aprender y asimilar la materia. Momento de estudio y asimilación del tema en grupo cooperativo.

. Seleccionar estructuras para evaluar, en grupo e individualmente. Evaluación del trabajo en grupo y de la función de cada uno de sus miembros. Evaluación de los conocimientos adquiridos en grupo e individualmente.

Preparación previa del material necesario para el aula. Dos propuestas para una clase de Religión, Educación ética y ciudadana, Filosofía, Ciencias Sociales, Ciencias de la Naturaleza,  etc.

a. Primera propuesta

– Dividir la materia en unidades evaluables o temas. Así vienen divididas todas las materias si seguimos un libro de texto concreto de cualquier editorial.

Dividir la unidad didáctica, el tema, o parte de ella si es muy amplia, en cuatro partes (tantas como alumnos tiene el grupo cooperativo).

Aplicamos una estructura cooperativa llamada “Jigsaw”, “Rompecabezas”, por algunos teóricos. Consiste en dividir el tema en partes. Cada alumno se responsabiliza de comprender y aprender una parte. Luego se reúne con los que han preparado esa parte y comparan, completan y corrigen. Finalmente explican a los de su grupo cooperativo la parte que les ha correspondido. Todos son evaluados de las cuatro partes, la que han aprendido y las tres que le han explicado sus compañeros.

b. Segunda propuesta

Hacer fichas (hojas) de trabajo de la unidad didáctica o tema.

Dos opciones:

– Fichas-esquema detalladas, que orienten cómo hacer o resumir bien el tema, con los apartados y los párrafos señalados que deben ser resumidos o trabajados, con la página del libro donde están…, para que cada alumno, pareja o grupo cooperativo que reciba esa ficha pueda trabajar eficazmente, y lo pueda leer y explicar a los demás. (Estas fichas que resumen el tema se preparan para ser fotocopiadas y repartidas entre los alumnos, siguiendo el proceso que a continuación detallaremos)

– Fichas-incompletas donde se redacta lo más importante del tema, o se escogen las frases y párrafos resumidos más importantes del tema, indicando la página, pero se dejan numerosos huecos entre palabras, para que el alumno, en pareja o en grupo cooperativo, al leer el libro, los vaya rellenando y completando. (Estas fichas que resumen el tema se preparan para ser fotocopiadas y repartidas entre los alumnos, siguiendo el proceso que a continuación detallaremos)

3. Presentación de la metodología y del trabajo a los alumnos. En las primeras sesiones  de Aprendizaje Cooperativo insistía en estas recomendaciones, para que todos los alumnos aprovecharan la clase eficazmente:

–  A clase se viene a trabajar, no a “oír” al profesor.

Trabajaremos en grupos de cuatro o en parejas. El profesor forma los grupos, por orden de lista, por sorteo, o por otras razones, de modo que se formen grupos heterogéneos, grupos con personas con diversas cualidades, para enriquecerse unos a otros.

–  En cada grupo trabajaremos cooperativamente, ayudándonos unos a otros: se pretende que todos aprendamos juntos. Somos responsables no sólo de nuestro trabajo, sino también del trabajo de los demás del grupo. Yo no logro los objetivos del tema, el conocimiento del tema, si no lo logro con los demás. Esto es evaluable, tanto por los alumnos como por la observación del profesor.

–  Normas en el trabajo de grupo: Conviene hablar con un tono de voz normal. Sólo se habla con los del grupo: si hablamos innecesariamente con los del grupo de al lado, tenemos que levantar la voz. Por supuesto, en el grupo se habla, se discute y se informa sobre el tema del que se está tratando, no de otras cosas… (en cada clase, en cada situación,  suelen variar las normas de organización)

– Por último, es muy importante traer el libro, o las fuentes de información necesarias para elaborar la unidad didáctica o tema propuesto.

A continuación el profesor explica brevemente el tema que se va a trabajar en grupo cooperativo. Responde a la pregunta inicial: ¿De qué va la tarea que hay que hacer?

4. Organización de la tarea en clase. Momento de adquirir información, de elaborar el tema en grupo cooperativo.

Si se lleva a cabo la primera propuesta ( el “Jigsaw” o “Rompecabezas”), se programan sesiones de clase: 1º. para que cada alumno elabore la parte del tema que le corresponde, 2º. para que se reúnan los que tienen la misma parte del tema, la comparen, corrijan y completen, y 3º. para que, ya en grupo cooperativo, cada uno explique a los demás la parte del tema que le corresponde, tomando apuntes unos de otros. Luego vendrá el momento en que cada uno debe asegurarse de que sus otros compañeros de grupo han comprendido y aprendido lo que él les ha explicado. La evaluación de todo el tema es en grupo e individualmente.

Si se lleva a cabo la segunda propuesta (fichas-esquema o fichas incompletas) se sigue esta metodología:

En cada grupo se reparten dos fichas y se trabaja con esta condición: se dividen en parejas, y cada pareja coge una ficha. Así, en la pareja uno tiene el libro (o fuente de información) y el otro la ficha que hay que hacer, uno lee, resume el libro siguiendo las indicaciones de la ficha, y el otro escribe lo que le dice el compañero que tiene el libro. Es importante esta condición, porque nos asegura que todos están trabajando: no hay que dejar que en la pareja el que tiene que escribir tenga también el libro y lo lea, porque si no, el otro no hace nada… Si surgen dudas en la pareja, preguntan a la otra pareja del grupo, que está haciendo lo mismo. Si los cuatro no resuelven el problema, preguntan al profesor.

Cuando se termina la ficha, el profesor vuelve a dar la misma ficha, pero al que tenía el libro, y el otro se la lee, no se la deja para que la copie. De ese modo, están leyendo y resumiendo dos veces la parte del tema que corresponde a la ficha de trabajo.

En este proceso se emplean las clases necesarias (normalmente dos o tres) para hacer las fichas que componen el tema. Se trabajan cooperativamente, ayudándose unos a otros, en pareja y en grupo.

El proceso de creación de las fichas forma parte de la evaluación. Por eso, para ser evaluado, es condición importante que cada uno del grupo tenga escrito el tema completo, según el tipo de estructura cooperativa que haya hecho: resumen explicado por los demás del grupo más la parte que le ha tocado hacer (estructura “Rompecabezas”), o conjunto de fichas escritas y completas  que forman el tema (estructura de parejas en grupo cooperativo).

Al final del proceso, cuando ya todos tienen el tema completo, el profesor hace una visión de conjunto final, aclara y corrige las dudas del tema delante de todos.

5. Estudio del tema en grupo. Momento de asimilar, comprender y de asegurarse de que todos los miembros del grupo saben el tema. Con el tema delante de cada alumno, proponemos varias estructuras para estudiarlo y asimilarlo en grupo. La primera simple y sencilla: distinguir lo verdadero de lo falso. La segunda objetiva: saber definir conceptos importantes del tema. La tercera saber explicar las cuestiones importantes del tema.

Estructura cooperativa de pasar de un grupo a otro un ejercicio de afirmaciones verdaderas o falsas. Cada grupo recibe una hoja de papel en blanco, y en ella, cada uno del grupo escribe tres frases que pueden ser VERDADERAS O FALSAS del contenido del tema. Primero las buscan, después las piensan y las elaboran y, por último, las escriben. Al final, en el papel hay escritas 12 frases (sin especificar al lado si son V o F).

Cuando lo acaban, y a la señal del profesor, para hacerlo todos a la vez, pasan la hoja con las frases al grupo de al lado, y ellos, a su vez, reciben un papel del otro grupo de al lado, siguiendo una rueda de grupos.

A la vez, cada grupo tiene preparada una hoja con sus nombres donde en diversas columnas escribirá las respuestas de todas las pruebas que les vayan llegando.

Cada grupo contesta VERDADERA o FALSA a cada una de las frases del papel que ha recibido, pero no en ese papel, que tiene que pasar a otro grupo, sino en el papel aparte donde van acumulando las respuestas de los diversos papeles de los grupos que recibe.

Es un modo de comprobar si saben algo o nada del tema que todos han leído, escrito y trabajado.

Al final el profesor corrige todos los ejercicios de los grupos, y cada grupo se evalúa comprobando sus aciertos y errores, aclarando a la vez las afirmaciones mal planteadas e insistiendo en las que son más importantes en el tema.

–  Estructura cooperativa de pasar de un grupo a otro un ejercicio de conceptos, definiciones o preguntas breves del tema. Esto mismo se puede hacer, en vez de con frases de V o F, con preguntas breves o con definiciones y conceptos. Por ejemplo, en cada papel que elabora el grupo se escriben doce definiciones… o en cada papel se escriben doce conceptos para ser definidos… o en cada papel se escriben doce preguntas breves para ser contestadas con una palabra o con una expresión… Después cada grupo contesta en otro papel aparte los conceptos que corresponden a cada definición, las definiciones que corresponden a cada concepto, o las respuestas a las preguntas breves.

Al final el profesor corrige y aclara los ejercicios propuestos entre los grupos, como en la anterior estructura.

–  Estructura cooperativa de desarrollar una cuestión entre todos los del grupo sobre un solo papel. Cada grupo recibe un folio, donde se pone el nombre de sus componentes. Cada uno de ellos tiene un bolígrafo de distinto color (azul, negro, rojo y verde, por ejemplo). Se propone una cuestión del tema, una serie de preguntas, una serie de ejercicios sobre el tema, etc. El papel está en medio del grupo. A la señal del profesor, uno del grupo coge el papel y comienza a contestar. A otra señal, el papel pasa a otro del grupo, y así hasta que participan los cuatro. Si el ejercicio no se ha completado, continúa la rueda de participación. Se puede hacer en silencio, o se puede hacer de modo que el grupo esté ayudando al que está escribiendo.

6. Otras estructuras (o dinámicas) cooperativas para adquirir, compartir y asimilar conocimientos.

Las estructuras cooperativas son el instrumento eficaz para hacer que el trabajo en grupo sea realmente cooperativo. Las anteriores son algunas de las realizadas en esta experiencia que propongo. A partir de ellas, con variaciones personales, pueden nacer otras, pero siempre con la misma finalidad: favorecer que el trabajo de grupo sea cooperativo.

Otras estructuras utilizadas en esta experiencia:

– Colocar los pupitres o asientos de la clase en dos círculos concéntricos, enfrentando los pupitres o asientos por parejas. Los alumnos se sientan unos enfrente de otros. Cada uno tiene una “batería de preguntas” a responder o de informaciones para dar, o ejercicios breves que hacer. Durante un tiempo intercambian preguntas, información o ejercicios sobre el tema. A la señal del profesor, los alumnos se mueven hacia el pupitre de su derecha, y se encuentran con un nuevo compañero, con el que compartirán más preguntas, información o ejercicios. Si el encuentro está estructurado con un número de preguntas sobre un tema, o ejercicios breves, se hace una actividad dinámica y práctica.

– En grupo cooperativo de cuatro se hace un carrusel de papeles o cuadernos de ejercicios. Cada uno del grupo tiene un papel delante con los mismos ejercicios o actividades que los demás. A la señal del profesor hacen el primero. Pasado un tiempo, da la señal y cada uno del grupo pasa su papel al compañero de la derecha y recibe el papel del de su izquierda. Realizan el siguiente ejercicio… Y así sucesivamente hasta hacer todos los ejercicios. Al final cada uno del grupo tiene un papel de ejercicios hecho por todos los del grupo en el que pondrá su nombre. Lo corrigen entre todos y se entrega al profesor.

7. La evaluación. Para evaluar el tema trabajado hemos tenido que distinguir si trabajamos en ESO o en Bachillerato. En ESO se aplica una evaluación tanto de grupo como individual. En una sesión de clase se llevan a cabo dos pruebas. Primero se deja un poco de estudio en grupo para asegurar que todos controlan el tema. Se da un ejercicio, similar a los trabajados anteriormente, y se contesta en grupo. Después, ya cada uno por separado, vuelve a revisar el tema, y recibe al final otro ejercicio similar a los realizados a lo largo del proceso de elaboración y asimilación del tema. Si el resultado de todos los ejercicios es aprobado, cada alumno obtiene la nota media de las notas obtenidas en los diversos ejercicios de grupo e individuales. Cuando hay diferencias llamativas entre las notas individuales y grupales, se hace una nota adaptada. Por ejemplo, si un alumno aprueba todas las notas de grupo y suspende las individuales, hay que someterle a un proceso de recuperación.

La nota final también incluye la observación diaria del profesor, la implicación de cada alumno en el grupo y en el proceso, la actitud en el trabajo, etc.

En Bachillerato la evaluación es individual, en gran parte determinada por la futura selectividad.

Propuesta para la evaluación del trabajo en grupo.

El trabajo en grupo no se reduce a las actividades antes descritas. En todas las materias se hacen proyectos en grupo, presentaciones, elaboración de temas para luego exponer a los demás de la clase, etc. Este trabajo de grupo también puede ser evaluado para orientarlo hacia la cooperación. Un medio para evaluar el trabajo en grupo puede ser el siguiente:

Test para conocer nuestro nivel de trabajo en grupo.

Puntuar de 1 a 5 cómo trabajamos en grupo

0: nunca se cumple.

1: Se cumple muy pocas veces.

2: se cumple pocas veces.

3: se cumple algunas veces.

4: se cumple muchas veces.

5: se cumple siempre.

Decimos en el grupo lo que pensamos, para que funcione mejor. 0 1 2 3 4 5

Entregamos la parte que hace cada uno a tiempo. 0 1 2 3 4 5

Esperamos a distribuirnos la tarea y luego trabajamos en lo que nos ha tocado. 0 1 2 3 4 5

Hablamos todos sobre el trabajo que hemos hecho y cómo nos hemos sentido. 0 1 2 3 4 5

No hablamos de cosas que no tienen nada que ver con el trabajo de grupo. 0 1 2 3 4 5

No escogemos enseguida la parte que más nos conviene. 0 1 2 3 4 5

Cada uno no hace lo suyo sin consultar con los demás.  0 1 2 3 4 5

Cada uno no quiere ser siempre el jefe de grupo.  0 1 2 3 4 5

Procuramos hacer grupo con los que son diferentes a nosotros. 0 1 2 3 4 5

Proponemos ideas para hacer bien el trabajo. 0 1 2 3 4 5

Repartimos las distintas tareas: coordinador, responsable de material…  0 1 2 3 4 5

Vamos a trabajar en el grupo, no a pasarlo bien con los amigos. 0 1 2 3 4 5

Hablamos sin gritarnos unos a otros en el grupo. 0 1 2 3 4 5

Evaluación:

Entre 50-65 puntos: Trabajamos muy bien en grupo cooperativo.

Entre 25-50 puntos: Necesitamos mejorar el trabajo en grupo.

Hasta 25 puntos: Tenemos que aprender urgentemente a trabajar en grupo

7. Dificultades.

A lo largo de estos años de aplicación (2006-2010) he ido escribiendo algunas impresiones, sobre todo lo referido a las dificultades que encontraba en la aplicación de esta metodología. Resumo algunas de las “notas de ese diario personal”

– En primer lugar el número de alumnos. En la ESO se puede trabajar con seis o siete grupos de cuatro, que es el ideal, pero en Bachillerato, por tener clases de más de treinta alumnos, a veces se trabaja con nueve y diez grupos, lo que hace más complicada la labor de atención, observación y seguimiento de los grupos por parte del profesor.

– Respecto al profesor, la primera dificultad es hacerse entender, explicar con claridad la metodología, de modo que los alumnos sepan lo que tienen que hacer. También la preparación de las clases, principalmente cuando hay que elaborar un material previo (esquemas, fichas, fotocopias). A ello se suma la creatividad en el uso de las estructuras cooperativas, para no repetir siempre las mismas, cambiando cada tema o evaluación. Y, sobre todo, acompañar a cada grupo en el trabajo de clase, para que no haga otra cosa, para que el trabajo sea realmente cooperativo, para ayudarles en cada momento que encuentren dificultades, etc.

– Con los alumnos hay que salvar al principio la inercia permanente de resolver el trabajo individualmente, y hacerles comprender que el trabajo se hace siempre cooperando, siguiendo la estructura propuesta. Lo primero que me ha causado dificultades ha sido, y sigue siendo, encontrar alumnos que no tienen voluntad, no sólo de cooperar, sino de mantener un mínimo de actividad en clase, a no ser que estés continuamente encima de ellos motivándoles o forzándoles a trabajar con los otros. Por supuesto, las dificultades rutinarias como no traer el libro o el material de trabajo, la ausencia intermitente de algunos a clase que desajusta el número en los grupos, o las pequeñas indisciplinas (hablar fuerte, reírse, hablar con otros grupos sin necesidad, etc.), siempre están presentes.

– Por último, esta experiencia hecha en el centro educativo de forma aislada, resulta más difícil de aplicar. En nuestro centro ya somos varios los que aplicamos esta metodología, va “sonando” a los alumnos, lo cual facilita su aplicación, ahorrando explicaciones y motivaciones extras. Los alumnos entrenados en Primaria en Aprendizaje Cooperativo serán más eficaces en su trabajo en Secundaria siguiendo ese modelo de Aprendizaje Cooperativo. Si desde pequeños asimilan la necesidad de la cooperación, la importancia de ejercer un rol, una responsabilidad en el grupo,  si aprenden a autoevaluarse, será más fructífero su paso por Secundaria.

Ese es nuestro deseo.

9. Breve referencia bibliográfica.

  • FERREIRO, R. CALDERÓN, M. El ABC del Aprendizaje Cooperativo. Editorial Trillas. Sevilla 2006.
  • KAGAN, Spencer. Cooperative Learning. Kagan 1992, 1994.
  • JOHNSON, David; JOHNSON, Roger. El Aprendizaje Cooperativo en el aula. Piados. Buenos Aires  1999.
  • ÚRIZ BIDEGÁIN, Nicolás. El Aprendizaje Cooperativo. Pamplona. 1999.
  • PUJOLAS MASET, Pere. “Los grupos de Aprendizaje Cooperativo…” Aula de Innovación Pedagógica, 59

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